Casa… cama… cava…
-“La casa de los veinte mil libros” (del escritor y periodista judío Sasha Abramsky, de origen británico).
-La cama de las veinte mil libras.
-La cava de los veinte mil vinos.
-La cata de los veinte mil tintos.
-La caja de los veinte mil birlos.
-El libro de la casa del mil veinte.
-Vente a mi casa con los libros.
-A la caza de los veinte mil libres.
-Veinte mil libros, sácalos.
-Mil libros en veinte casas.
-Las canas de los veinte mil libros.
-Libros de la casa veinte mil.
-Ventile mis libros en la casa.
-Veinte mil por la cala y los libros.
-La caña de los veinte mil litros.
-Veinte libros de cada mil.
Juegue usted también con las palabras o con los palibros…
JDGM
Mil libros en cada casa.
Se cava en los libros.
El vino de la cava se acaba.
La cama de los veinte mil sueños.
Veinte libros, casa, vino, cama.
Hace unos años le dije a un filólogo que el idioma también era para jugar. “¡No señor, con el idioma no se juega!”, me respondió muy molesto. Henos aquí, tiempo después, divirtiéndonos con las palabras.