Me encontré con don Quijote de la Mancha el pasado 30 de noviembre (https://donlibrote.gente-divergente.com/don-quijote-y-la-navidad-i-parte/), con su escudero Sancho Panza el 16 de diciembre (https://donlibrote.gente-divergente.com/don-quijote-y-la-navidad-ii-parte/) y con don Miguel de Cervantes esta mañana.

En cuanto me vio aparecer en el comedor del apartamento donde vivo, el célebre escritor español (1547-1616) se apresuró a explicarme que no fue idea de él involucrarse en estos episodios en los que el Caballero de la Triste Figura anda buscando a un personaje quijotesco que formó parte de la primera Navidad.

“Yo estaba tranquilo, descansando en la jarra que usted colocó hace algunos meses en la vitrina donde guarda también pinochos, catrinas, diablos, trompos, motos, carros y una foto de sus padres”, dijo el novelista.

Cervantes hizo una pausa, sospecho que a la espera de que yo dijera o preguntara algo, pero permanecí callado. Hay días, y hoy es uno de ellos, en los que prefiero el silencio a la palabrería.

“De veras, estaba tranquilo, quieto, reposando. Así me dormí anoche, pero esta mañana desperté sorprendido con la presencia del niño Jesús en el interior de la jarra. Supongo que este espacio le resultó más cálido y confortable que la superficie del mueble donde usted puso su colección de pasitos hace algunas semanas”.

Nueva pausa. Seguí aferrado al silencio. Hay días, y hoy es uno de ellos, en los que prefiero abstenerme de hablar por hablar.

Don Miguel de Cervantes, conocido como el manco de Lepanto, miró con atención al bebé del más viejo de mis pasitos, ese que compré hace muchos años en uno de los tramos del Mercado Central.

“Espero que José y María no se enojen conmigo. Yo no tuve nada que ver con la aparición del chacalín en la gruta de mi jarra. En caso de algún problema con la sagrada familia, ¿puedo contar con su ayuda, su mediación, para que el asunto no pase a más?”

Hay días, y hoy es uno de ellos, en los que quiero estar callado. La verborrea cansa, agota.

“¿Y si fue el tortero de don Quijote quien puso a Jesús dentro de la jarra? ¡No me extrañaría! Ese personaje no termina de aprender, siempre metiéndose en lo que no es asunto suyo. ¿En qué momento fui a inventarlo?”

Hay días, y hoy es uno de ellos…

“Me arrepiento de lo que acaba de decir. La verdad, me siento orgulloso de haber creado a don Quijote, pues el mundo siempre necesita quijotes, gente que luche por lo que considera justo aunque sus métodos parezcan locuras”.

De repente, Cervantes sacó pluma y papel y escribió: En algún lugar de Belén, de cuyo nombre si quiero acordarme”. Enrolló la hoja y la guardó dentro de su ropa.

“Ojalá don Quijote y Sancho encuentren a ese quijote que al parecer formó parte de la primera Nochebuena”.

Algo me dice que esta historia está por terminar, que el desenlace está a la vuelta de la esquina. Los mantendré informados.

José David Guevara Muñoz
Editor de Don Librote