Sancho lee a Sancho
–Don Arsenio, ¿usted me permite tomarle una foto? Es que usted es el primer Sancho que va a leer mi versión de Sancho Panza -le pregunté esta mañana a un amable y ameno filólogo pensionado que llegó a mi casa para retirar un ejemplar del libro “En busca de Sancho”.
–Pues no ando muy arreglado que digamos, pero está bien. ¿Le parece así? -preguntó luego de posar mostrando el ejemplar.
–¡Perfecto!
Debo aclarar que en el caso de este habitante de Ipís de Goicoechea, el Sancho no es nombre sino apellido: Arsenio Sancho Barrantes.
El otro Sancho, el de Cervantes, sí es nombre y me basé en él, y otros personajes de la literatura universal (como Sísifo, Gregorio Samsa, Gulliver, Pedro Páramo, Madame Bovary y Frankestein, entre otros) para escribir una serie de reflexiones sobre la vida y la muerte.
También eché mano a personajes literarios costarricenses, como Uvieta, de Carmen Lyra, y Marcos Ramírez, de Carlos Luis Fallas (Calufa).
–Yo fui alumno de don Abelardo Bonilla, Constantino Láscaris, Teodoro Olarte y el padre Benjamín Núñez -me contó el Sancho que vive a pocos kilómetros de mi casa.
–Caramba, casi nada de profesores -manifesté.
Bonilla, Benemérito de la Patria, vivió entre 1898 y 1969, y fue un intelectual, político y vicepresidente de la República en el período 1958-1962 (gobierno de Mario Echandi Jiménez). Además, profesor fundador de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Láscaris (1923-1979) y Olarte (1908-1980) fueron destacados filósofos españoles que dejaron profundas huellas académicas en las aulas de la UCR.
Núñez (1915-1994) fue sacerdote, político, profesor universitario, diplomático y fundador y rector de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA).
¿Piensan ustedes que iba a desaprovechar la oportunidad de fotografiar a este Sancho costarricense? ¡Jamás! No me lo habría perdonado.
Supongo que mientras escribo estas líneas, los dos Sancho estarán conversando…
JDGM