Ayer compartí con ustedes una nota sobre la firma barcelonesa Editorial Navona, de la cual les dije que es una adolescente que aparenta mayor edad pues a pesar de tener tan solo 14 años publica libros de gran calidad literaria y estética.

Pues bien, hoy le toca el turno a una moza también española, pero de Madrid: Nórdica Libros, fundada en el 2006.

Las publicaciones de esta señorita de papel y tinta no solo denotan un rigor en la selección de las obras a divulgar (títulos y autores), sino además un enorme celo en la presentación de sus textos (calidad de papel y tinta) y el talento artístico de quienes las ilustran.

Elegante sobriedad. Así defino el carácter de los trazos de exquisito gusto que forman parte de los textos impresos por esta compañía, trátese de dibujos en blanco y negro o de coloridas acuarelas.

Tengo la dicha de contar en mi biblioteca con diversos ejemplares de esta casa, obras de arte que sacian la sed de historias de mis retinas y el apetito de contornos de mis pupilas.

Los volúmenes que salen de esa empresa dirigida por el exlibrero Diego Moreno, son, precisamente, una apuesta por revalorizar el libro ilustrado.

“Quería que desde un punto de vista no infantil y juvenil este tipo de libros estuviesen bien representados con clásicos y contemporáneos vistos desde un punto de vista diferente, donde la ilustración tuviera el peso central y en el que el ilustrador fuese tan autor del libro como el autor del texto. Pensaba que dando esa oportunidad a grandísimos ilustradores ya reconocidos fuera de España, pero que no lo eran tanto aquí, podríamos hacer algo interesante. Y bueno, no me confundí demasiado”, dijo Moreno cuando Nórdica Libros cumplió 10 años.

¿Y a qué debe su nombre esta editorial? Al hecho de que desde su nacimiento ha pretendido ser -en España- la firma de referencia de las diferentes literaturas de los países nórdicos (Noruega, Finlandia, Dinamarca, Islandia y Suecia).

De hecho, el primer libro publicado por esta firma fue la novela Betsabé, del escritor sueco Torgny Lindgren (1938), la cual está basada en el relato bíblico sobre Betsabé y el rey David.

El más reciente libro de esa compañía en mudarse a mis anaqueles (el 26 de diciembre pasado) es Autobiografía, del científico Charles Darwin, ilustrado por Iban Barrenetxea y traducido por Íñigo Jáuregui.

Lo que más me gusta de las ilustraciones de esta obra es lo mismo que me atrae de los trazos de otras publicaciones de Nórdica Libros: el hecho de que tienen vida propia a pesar de que están inspiradas en múltiples textos; es decir, uno puede limitarse a observar los dibujos y acuarelas e imaginar y armar una historia distinta de la que cuentan las palabras.

Sí, esos contornos son escalones que hacen subir de nivel a la imaginación.

José David Guevara Muñoz
Editor de Don Librote