¿Quién se parece a quién?
¿Mis libros se parecen a mí o yo me parezco a mis libros? Hoy he andado con esa pregunta revoloteando en mi mente.
La interrogante comenzó a rebotar contra las paredes de mis pensamientos, como abejón de mayo (aunque es raro verlos), desde buena mañana.
Temprano corrí las cortinas del estudio y el viernes me obsequió una imagen de luces y sombras sobre algunas de las obras que habitan en las alamedas de mi escritorio.
Y como casi siempre tengo una cámara a mano, tomé una fotografía (se trata de la imagen que acompaña a este texto).
En esa foto, ¿mis libros se parecen a mí o yo me parezco a mis libros?
Pregunto porque veo mucho de mí en ellos y mucho de ellos en mí. Luces y sombras. Claridad y oscuridad. Día y noche.
Me gusta esa similitud. Esa combinación de transparencia y misterio, fuego y humo, mariposa y capullo.
No es que algunos días somos tarde de verano y otros apagón nocturno. Somos esa mezcla siempre, todo el tiempo. Revelación y secreto.
Es la naturaleza que corre por mis venas. Es la condición que fluye por los textos.
Los libros, ¡mis libros!, son piel desnuda y piel oculta, rostro expuesto al Sol y ombligo jugando a las escondidas.
Y yo, José David Guevara Muñoz, soy página en blanco con caracteres negros. Hoja y tinta.
¿Quién se parece a quién? ¿Mis libros se parecen a mí o yo me parezco a mis libros?
Ambos, ellos y yo, somos como la Luna: tenemos una cara oculta. Mostramos una faz, una tez, pero ocultamos la otra.
Idénticos a las luciérnagas: Aquíestoy-mescondo. Aquíestoy-mescondo. Aquíestoy-mescondo…
Similares al vino: enseñamos la superficie, pero ¿qué saben los demás del color y el sabor que yacen en la oscuridad?
Como el cubo de hielo que flota en el vaso whiskero…
¿Quién se parece a quién? ¿Mis libros se parecen a mí o yo me parezco a mis libros?
Somos almas gemelas. Eclipse de Sol. Bombilla intermitente de árbol de Navidad. Ventana que no oculta nada; cortina que esconde.
Como el guayabo de mi jardín: de día desnudo de luz; de noche cubierto de oscuridad.
Me gusta saber que mis libros se parecen a mí y yo a ellos.
JDGM