Las tres razones comienzan con la letra ce: Cine, Cortázar y consejo…

Cuando no sabes qué decir es el título de esta obra escrita e ilustrada por los artistas españoles Cristina Durán y Miguel Ángel Giner Bou, y publicada por Ediciones Salamandra en abril del 2015.

La historia en sí, los complejos vericuetos del amor y la amistad entre un grupo pequeño de jóvenes, no me cautivó aunque tampoco me aburrió.

Sin embargo, el hecho de que el sétimo arte sea un tema constante en los diálogos entre los personajes -a ratos con una dosis de pedantería intelectual- le permite al lector tener acceso a una especie de guía de veinte películas a ver en algún momento.

Entre ellas, Los paraguas de Cherburgo (1964), de Jacques Demy; Alrededor de la medianoche (1986), de Bertrand Tavernier; Amelie (2001), de Jean-Pierre Jeunet; Viridiana (1961), de Luis Buñuel, y El crepúsculo de los dioses (1950), de Billy Wilder.

Además, Kill Bill 1 (2003), de Quentin Tarantino; Rompiendo las olas (1996), de Lars von Trier; Horizontes lejanos (1952), de Anthony Mann; La linterna roja (1991), de Zhang Yimou, y Metrópolis (1927), de Fritz Lang.

Me gustó también el guiño cortaziano de la página 78, en donde se menciona al Club de la Serpiente, en alusión al grupo de amigos que comparten la afición por el jazz y las discusiones intelectuales en Rayuela, de Julio Cortázar (1914-1984), una de mis libros favoritos desde que lo leí por primera vez en diciembre de 1994.

Reencontrarse de alguna u otra manera con las obras de Cortázar es siempre motivo de alegría.

Finalmente, disfruté del consejo más importante que se da en esta novela gráfica: “Cuando no sabes qué decir, es mejor callar”.

Y bueno, no podía faltar un error ortográfico o “dedazo”… en la página 64 aparece la palabra “alagarme”, del verbo halagar, sin hache.

¿O ese gazapo habrá sido adrede? Digo (jugando de abogado del diablo) que como esta historia se relaciona con el silencio prudente, la letra muda del alfabeto español quiso recalcar este asunto recurriendo a su ausencia. ¡Los demonios de la escritura son traviesos y juguetones!

osé avid uevara uñoz (para que la hache no cargue con toda la culpa)
Editor de Don Librote