¿Quién es Anita Monestel? A esta mujer incansable y con un envidiable espíritu de servicio se la puede definir de muchas maneras, pero hoy me quedo con una: es una agricultora de la lectura, ella siembra el amor por los libros en los surcos humanos de Tilarán, Guanacaste.

Bajita, sonriente y cordial, trabajó 41 años en Grupo Nación, en donde se involucró en los ambiciosos proyectos de libros que realizó esa empresa periodística.

Gracias al conocimiento y experiencia que acumuló en esas iniciativas educativas, le propuso al alcalde de su comunidad crear bibliotecas públicas de autoservicio. Se trata, en este caso, de textos donados que se ponen al alcance de las personas en dos casetas ubicadas en el parque Domingo Flaqué Montul; la gente los toma prestados y luego los devuelve para que otros tengan también la oportunidad de disfrutarlos.

Supe de este valioso emprendimiento cultural en diciembre pasado gracias al artículo Servicio y felicidad: el estilo de vida de Anita, escrito por María Antonieta Chaverri, coach de liderazgo trascendente, y publicado en mi otro sitio web: gente-divergente.com.

Tal es el entusiasmo de Anita que incluso turistas dejan textos en alemán o inglés en las casitas de lectura.

Pues bien, ayer Antonieta Chaverri me sugirió donarle unos cuantos de mis libros a esa incansable y soñadora mujer que no se deja intimidar por los reveses de la vida.

La recomendación llegó en un momento sumamente oportuno pues en estos días me encuentro reorganizando-replanteando mi amada biblioteca, tal y como les conté el lunes pasado en la nota Los cuatro rostros actuales de mi biblioteca.

Así que voy a separar algunas publicaciones para colaborar con los sueños de Anita, para quien fomentar la lectura no es un asunto de discursos, sino de acciones concretas.

Espero enviarle pronto, vía encomienda, al menos una caja de libros.

Casos como el de esta mujer de la que fui compañero en Grupo Nación me hacen preguntarme ¿qué sentido o utilidad tiene quejarse de la inequidad que impera en muchos campos si no se hace nada al respecto?

Me emociona el hecho de enviarle algunas semillas de lectura a Anita.

Estoy seguro de que esa ejemplar agricultora de la palabra sabrá sembrarlas en tierra fértil.

José David Guevara Muñoz
Editor de Don Librote