Me explico…

Primero. Fue publicado por la prestigiosa editorial Seix Barral, que tuvo su origen en la imprenta barcelonesa Seix Barral, fundada en 1911 por Victoriano Seix y los hermanos Luis y Carlos Barral.

Ese sello publicó, a partir de 1944, sus primeras colecciones de libros.

Bajo la dirección de los editores Víctor Seix, nieto de Victoriano, y el escritor Carlos Barral hijo, fue el impulsor del Boom latinoamericano de los años 60 y 70, que dio a conocer a autores como Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, Miguel Ángel Asturias y Juan Carlos Onetti, entre otros.

Segundo. Fue escrito por la estadounidense Siri Hustvedt (1955), ganadora nada menos que del Premio Princesa de Asturias de las Letras 2019.

Esa hija de Minnesota ha publicado -solo para mencionar algunas de sus obras- Leer para ti, El hechizo de Lily Dahl, Todo cuanto amé, En lontananza, Los misterios del rectángulo, Elegía para un americano y La mujer temblorosa (que tengo haciendo fila en mi biblioteca).

Tercero. El título, Los ojos vendados, es un guiño capaz de seducir a los lectores. Bueno, al menos a mí me atrajo y fue factor clave para adquirir esta novela.

Nada fácil el arte de la titulación…

Cuarto. La trama es sumamente interesante. Apenas en las primeras páginas intuye uno que se encuentra ante un ajedrez de misterio, acertijos y laberintos.

Hay una chica muerta, extraños gritos durante las noches, una estudiante de literatura llamada Iris Vegan y un oscuro escritor que la contrata para que describa -ante una grabadora- diversos bienes personales que pertenecieron a la difunta.

A ese hombre le interesan, de manera especial, los olores que despiden los objetos; está convencido de que los artículos -un guante entre ellos- de la fallecida pueden hablar, comunicar, por sí solos, pero deben ser escuchados por una persona sensible.

Entonces, me pregunto, ¿qué sentido tiene promocionar este libro con un cintillo que cubre una tercera parte de la portada y brinda seis opiniones generales y cajoneras sobre Los ojos vendados.

Por ejemplo: “Fascinante”, The Times. “Impactante”, Library Journal. Usted puede leer las otras citas en la foto que acompaña a esta nota.

En mi modesta opinión, ese tipo de entrecomillados tan superficiales -y que bien podrían aplicarse a muy diversos libros- le hacen un flaco favor al texto, pues dan la impresión de que el relato es tan flojo que necesita de ese tipo de ayudas.

Hace algunos años decidí no basar mi decisión de compra de un libro en ese tipo de cintillos que pueden confundir más que convencer.

Dice la personaje Iris Vegan, refiriéndose al oscuro personaje que la contrató: “Tiene un talento especial para hablar sin decir nada”. Lo mismo puede decirse de esos cintillos de portada.

José David Guevara Muñoz
Editor de Don Librote