La primera parte del título se refiere a la oración que encontré en la página 37 de la novela El baile de las locas, de la escritora francesa Victoria Mas (1987), editorial Salamandra.

“A las mentes orgullosas no les gusta que las contradigan”.

Comparto algunos pensamientos que me generaron esos diez vocablos:

-¡Pobrecitas las mentes orgullosas! No conocen el sabor del manjar del que se privan (las contradicciones nos nutren y fortalecen; desarrollan los músculos del razonamiento).
-Todas las mentes se habrán incomodado alguna vez ante la contradicción, pero algunas de ellas viven a tiempo completo en actitud defensiva y ofensiva ante quienes les llevan la contraria. ¡Qué cansado vivir así!
-¿Cuán grande será la dosis de miedo e inseguridad que habita en las mentes de quienes creen saberlo todo, tener siempre la razón?
-Otra versión: Entre más conozco a las cabezas arrogantes, más amo a las contradicciones.
-“Orgullosas” no es sinónimo de “brillantes”, pues ni todas las mentes brillantes son arrogantes ni todas las mentes opacas son humildes.
-El mundo necesita más contradicciones y menos orgullo.
-La contradicción es la migraña de la vanidad.
-Otra versión: A las mentes donde residen las contradicciones no les gustan los pensadores orgullosos.
-Una mente orgullosa es un panal donde hay más veneno en los aguijones que miel en las celdas.
-La contradicción es la vacuna contra la pandemia del orgullo enfermizo.
-Todos los días deberíamos pasar a la Bomba “Los pies sobre la tierra” para llenar el tanque de contradicciones, cambiar el aceite del ego y limpiar el parabrisas de la diversidad de perspectivas.
-Otra versión: Contradigo, luego existo.
-¿Cuándo irán a inventar un purgante para limpiar las mentes orgullosas? ¡Disentería intelectual!
-Al orgullo excesivo hay que podarlo, en tanto que a la contradicción hay que abonarla.
-El mejor detector de una mente orgullosa es una buena contradicción.

José David Guevara Muñoz
Editor de Don Librote