Contaba el escritor colombiano Gabriel García Márquez (1927-2014), premio Nobel de Literatura 1982, que su primera lectura de La metamorfosis, de Franz Kafka -publicada en 1915- fue toda una revelación para él.

Se trata del relato que comienza así: “Una mañana, al despertar de un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se encontró en la cama transformado en un insecto monstruoso”.

“Si esto se puede hacer, esto sí me interesa”, se dijo el autor de Cien años de soledad y El amor en los tiempos del cólera, en cuanto devoró esas palabras.

“Aquí había una cosa importante que era de método. Era un método para contar que yo no tenía. Fue una verdadera resurrección, de ahí me levanté a escribir mi primer cuento”, dijo García Márquez en diversas ocasiones.

Pues bien, entre el 18 y el 26 de diciembre del presente año leí una novela que es también una revelación sobre la infinidad de recursos con que cuenta quien escribe una historia.

Me refiero a El maestro y Margarita, del médico y escritor soviético Mijaíl Bulgákov (1891-1940).

“De repente caigo en la cuenta de que estoy comenzando a leer un gran libro, una de esas obras literarias que dejan una huella profunda”, escribí el 19 de diciembre en este espacio.

Ese día había leído apenas 61 páginas, de un total de 482 de la edición publicada por la firma española Navona Editorial.

¡Y estaba en lo cierto: un GRAN LIBRO!

Como les adelanté ocho días atrás, la novela comienza una tarde de la primavera de 1930, en la que el Diablo camina por Moscú. En esta narración también se le llama Satanás y Woland, nombre del artista de magia negra por el que se hace pasar y de cuyo séquito forma parte un gato -enorme como un cerdo- que habla y que se llama Behemot.

La visita de este personaje y su compañía desata el caos en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) de Iósif Stalin (1878-1953), ya que -entre otros comportamientos- induce a muchas personas a caminar desnudas por las calles y a enloquecer con dinero que era falso.

Sin embargo, lo maravilloso de este libro es, en mi modesta opinión de lector, la mezcla de géneros editoriales que Bulgákov utilizó para contar una historia que no deja de sorprendernos en cada uno de sus capítulos.

En esta novela hay historia, teología, fantasía, sátira, ética, erotismo, política, economía, mitología, misterio, sentido del humor… ¡todo un menú aderezado, cocinado y servido con maestría! Lo digo en serio: es quizá el mejor texto que he leído en este 2020.

Puede decirse que es una trama en la que se confrontan el bien y el mal, y que, al mismo tiempo, tiene como fondo una historia de amor entre una mujer llamada Margarita -que se convierte en bruja y vuela sobre una escoba- y un hombre al que ella llama Maestro -autor de una novela sobre el procurador romano Poncio Pilato-.

No voy a entrar en mayores detalles por respeto a quienes decidan leerla, pero préstenle especial atención al capítulo 23: “El gran baile de Satanás”, en el que Margarita acompaña al Diablo en calidad de anfitriona. ¡Un manjar literario de 17 páginas! Más que leerlo, imagínenlo, procuren recrear cada escena, personaje, diálogo, atmósfera.

¡Por dicha me decidí, por fin, a comprar esta novela! La tuve en mis manos, a lo largo de los últimos años, gracias a distintas ediciones de diversas casas editoriales, pero no fue sino hasta el 18 de diciembre pasado que caí en la tentación.

¡100% recomendada!

José David Guevara Muñoz
Editor de Don Librote