Por primera vez en mi activa vida electoral voy a quebrar el voto.

En los comicios del próximo domingo apoyaré al candidato a la presidencia de la República de un partido político (me reservo el nombre) y a la lista de aspirantes a diputados de otra organización (me abstengo de decir cuál).

A lo largo de diez votaciones nacionales (1982-2018) voté, en todas las papeletas, por una misma agrupación, la cual no ha sido siempre la misma ya que los candidatos y propuestas de tres banderas de distintos colores se han ganado mi respaldo en diversos procesos electorales. No pertenezco a ningún partido.

Sí, como una ensalada de frutas: variadito. Y este 6 de febrero me inauguraré, en una de las papeletas, con otra organización.

Fueron don Quijote de la Mancha y su escudero Sancho Panza quienes terminaron de convencerme de votar así.

“El mundo está conformado hoy por tantos colores, tonos y matices que no hay porqué matricularse solamente con un tinte o pigmento”, me dijo el Caballero de la Triste Figura.

Sancho respaldó esas palabras: “Vivimos en una realidad variopinta”, manifestó. Agregó que el entorno actual es tan complejo como para casarse única y exclusivamente con una visión, una perspectiva, un enfoque.

“Pero eso dificulta la toma de decisiones, pues le resto fuerza a mi aspirante a la Presidencia en caso de que gane los comicios”, repliqué.

Don Quijote respondió de inmediato: “Eso es lo que dicen los políticos en aras de acumular poder, pero ellos tienen el deber de negociar y hacerlo en serio para construir acuerdos que incorporen razonablemente las múltiples piezas del rompecabezas”.

“Es precisamente lo que representamos mi amo y yo”, declaró Sancho, “don Quijote encarna la imaginación, la fantasía, los sueños y esa dosis de locura tan importante para la vida, en tanto que yo soy lo racional, lo concreto, el individuo que tiene los pies sobre la tierra”.

“Y ambas posiciones no debilitan a esta novela de don Miguel de Cervantes, sino que la enriquecen; más aún si sumamos los estilos de vida y criterios de personajes como el bachiller Sansón Carrasco, el curioso impertinente, Dulcinea, Ginés de Pasamonte, Cardenio, Dorotea, el cura, el barbero y muchos otros.

Con esos y otros argumentos terminaron de convencerme durante una amena y larga tertulia que tuvimos anoche entre vinos, ellos, y whisky, yo. Así que me dispongo a quebrar el voto por primera vez en mi vida electoral; siempre hay una primera vez y en este caso tendrá lugar en la elección número once en que participaré.

José David Guevara Muñoz
Editor de Don Librote