Decir, hacer, cuarenta y ocho líneas de mi poeta favorito: el mexicano Octavio Paz (1914-1998), premio Nobel de Literatura en 1990 y premio Cervantes en 1981.

Una respetuosa sugerencia: léalo tres veces; la primera, en silencio y despacio, como quien liba en la flor de las palabras; la segunda, como un susurro y también lento, como quien bebe miel sin despertar a las abejas, y la tercera, en voz alta y, una vez más, sin prisa, como quien se agacha a la orilla del río a tomar agua.

Después vuelva a recorrerlo, paso a paso sobre cada palabra del camino, cuantas veces quiera. Le recomiendo grabarlo en la memoria, lo cual no es sinónimo de memorizar; lo primero tiene que ver con la eternidad, en tanto que lo segundo con el efímero.

𝘌𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘷𝘦𝘰 𝘺 𝘥𝘪𝘨𝘰,
𝘌𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘥𝘪𝘨𝘰 𝘺 𝘤𝘢𝘭𝘭𝘰,
𝘌𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘢𝘭𝘭𝘰 𝘺 𝘴𝘶𝘦𝘯̃𝘰,
𝘌𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘶𝘦𝘯̃𝘰 𝘺 𝘰𝘭𝘷𝘪𝘥𝘰
𝘓𝘢 𝘱𝘰𝘦𝘴𝘪́𝘢.
𝘚𝘦 𝘥𝘦𝘴𝘭𝘪𝘻𝘢 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘦𝘭 𝘴𝘪́ 𝘺 𝘦𝘭 𝘯𝘰:
𝘥𝘪𝘤𝘦
𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘢𝘭𝘭𝘰,
𝘤𝘢𝘭𝘭𝘢
𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘥𝘪𝘨𝘰,
𝘴𝘶𝘦𝘯̃𝘢
𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘰𝘭𝘷𝘪𝘥𝘰.
𝘕𝘰 𝘦𝘴 𝘶𝘯 𝘥𝘦𝘤𝘪𝘳:
𝘦𝘴 𝘶𝘯 𝘩𝘢𝘤𝘦𝘳.
𝘌𝘴 𝘶𝘯 𝘩𝘢𝘤𝘦𝘳
𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴 𝘶𝘯 𝘥𝘦𝘤𝘪𝘳.
𝘓𝘢 𝘱𝘰𝘦𝘴𝘪́𝘢
𝘴𝘦 𝘥𝘪𝘤𝘦 𝘺 𝘴𝘦 𝘰𝘺𝘦:
𝘦𝘴 𝘳𝘦𝘢𝘭.
𝘠 𝘢𝘱𝘦𝘯𝘢𝘴 𝘥𝘪𝘨𝘰
𝘦𝘴 𝘳𝘦𝘢𝘭,
𝘴𝘦 𝘥𝘪𝘴𝘪𝘱𝘢.
¿𝘈𝘴𝘪́ 𝘦𝘴 𝘮𝘢́𝘴 𝘳𝘦𝘢𝘭?
𝘐𝘥𝘦𝘢 𝘱𝘢𝘭𝘱𝘢𝘣𝘭𝘦,
𝘱𝘢𝘭𝘢𝘣𝘳𝘢
𝘪𝘮𝘱𝘢𝘭𝘱𝘢𝘣𝘭𝘦:
𝘭𝘢 𝘱𝘰𝘦𝘴𝘪́𝘢
𝘷𝘢 𝘺 𝘷𝘪𝘦𝘯𝘦
𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴
𝘺 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘦𝘴.
𝘛𝘦𝘫𝘦 𝘳𝘦𝘧𝘭𝘦𝘫𝘰𝘴
𝘺 𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘦𝘫𝘦.
𝘓𝘢 𝘱𝘰𝘦𝘴𝘪́𝘢
𝘴𝘪𝘦𝘮𝘣𝘳𝘢 𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘦𝘯 𝘭𝘢𝘴 𝘱𝘢́𝘨𝘪𝘯𝘢𝘴
𝘴𝘪𝘦𝘮𝘣𝘳𝘢 𝘱𝘢𝘭𝘢𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘦𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴.
𝘓𝘰𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘩𝘢𝘣𝘭𝘢𝘯
𝘭𝘢𝘴 𝘱𝘢𝘭𝘢𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘮𝘪𝘳𝘢𝘯,
𝘭𝘢𝘴 𝘮𝘪𝘳𝘢𝘥𝘢𝘴 𝘱𝘪𝘦𝘯𝘴𝘢𝘯.
𝘖𝘪́𝘳
𝘭𝘰𝘴 𝘱𝘦𝘯𝘴𝘢𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴,
𝘷𝘦𝘳
𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘥𝘦𝘤𝘪𝘮𝘰𝘴
𝘵𝘰𝘤𝘢𝘳
𝘦𝘭 𝘤𝘶𝘦𝘳𝘱𝘰
𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘪𝘥𝘦𝘢.
𝘓𝘰𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴
𝘴𝘦 𝘤𝘪𝘦𝘳𝘳𝘢𝘯
𝘓𝘢𝘴 𝘱𝘢𝘭𝘢𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘴𝘦 𝘢𝘣𝘳𝘦𝘯.

Espero que lo saboree a lo largo de este fin de semana, como quien se torna bote de remos para navegar una y otra vez sobre la superficie de la piel amada, a veces serena, a veces agitada.

José David Guevara Muñoz
Editor de Don Librote