Una de las características que valoro en una obra literaria es que tenga citas que, como avispas, me claven sus aguijones en la mente y produzcan ronchas y comezón en el pensamiento.

Tal es el caso de la novela Monjas y soldados, de Iris Murdoch (1919-1999), escritora y filósofa irlandesa, de la cual extraje y comparto 26 citas que me inyectaron el placentero veneno de la reflexión.

No se trata, desde mi perspectiva, de estar a favor o en contra de tales ideas, sino de reflexionar en torno a ellas con tal de revisar nuestros puntos de vista, refrescar visiones, examinar posibles certezas, flexibilizar posiciones, ampliar horizontes, enriquecer la existencia.

“Uno le tiene un miedo espantoso al rechazo”.

“Hay un abismo entre aquellos que pueden dormir y los que no. Es una de las grandes diferencias que dividen a la raza humana”.

“La teología cristiana está cambiando muy rápido hoy en día”.

“Puedo concebir que se odie a Dios, pero no a Jesús”.

“La justicia es una cosa tan extraña”.

“Todo el mundo es horrible para alguien”.

“… estaba llena de odios: odiaba a la burguesía, el estado capitalista, el matrimonio, la religión, a Dios, el materialismo, lo establecido, a cualquiera con dinero, a cualquiera que hubiera ido a la universidad, todos los partidos políticos y a todos los hombres”.

“¡Pero qué terrible es morir no siendo uno mismo!”

“Quiero morir bien… Pero, ¿cómo se hace eso?”

“Tenemos virtudes individuales, pero vicios generales: nadie es bueno del todo”.

“Hay que resistirse a la desesperación”.

“Mejor no pensar”.

“La gente en situación de estrés se pone enferma, se vuelve un poco loca… es presa de enormes ilusiones emocionales y puede cometer enormes errores emocionales”.

“La mente humana está llena de compartimentos, de zonas selladas y zonas oscuras, de pequeños cajones”.

“… nada es totalmente seguro”.

“… el instintivo talento para la mentira que hasta las personas más sinceras desarrollan con rapidez cuando se encuentran inmersas en una farsa”.

“… es de esa clase de mujeres que necesitan estar enamoradas de alguien”.

“Uno sabe cuando no hay vuelta atrás”.

“Jamás podría quitarse la culpa de encima: era ya una enfermedad”.

“Soñamos que nos quieren porque, si no, nos moriríamos”.

“La infelicidad es una estupidez”.

“La religión tiene que ver con la destrucción de la personalidad”.

“… qué extraña, inexplicable y terrible es la vida”.

“Es imposible llegar a estar definitivamente en paz con los muertos”.

“A veces estoy muy harto de mí mismo y de la vida que llevo. Pero siempre me recupero”.

“Todos somos jueces y reos, víctimas de la malicia despreocupada y de la fantasía de otros y, por nuestra parte, agentes propensos a la fantasía y la malicia. Y si a veces se nos acusa de pecados de los que somos inocentes, ¿no hay también otros pecados de los que somos culpables y que el mundo desconoce?”

José David Guevara Muñoz
Editor de Don Librote