El techo del pesebre es apenas una parte de un libro de tapas duras y hojas brillantes que mide 44 centímetros de alto por 29 de ancho: Crónicas periodísticas de la Campaña Nacional 1855-1860.

Los otros diez libros son de bolsillo, miniaturas.

María está representada por Café. 150 maneras de disfrutarlo. 431 páginas de bebidas frías, como aquella noche en Belén, y cálidas, como el corazón de esa madre.

José es el segundo volumen de Don Quijote de la Mancha. 475 páginas impresas con una letra incomprensible, tan difícil de entender como lo ha de haber sido para ese carpintero de Nazaret descifrar los misterios de aquel nacimiento.

El niño Jesús es una diminuta Santa Biblia con piel de cuero que incluye tan solo seis versículos de ese libro. Textos en inglés, aunque el pequeño aprendió a hablar en arameo y hebreo, y leer el griego.

Dos pastores: Las aventuras de Pinocho, del italiano Carlo Collodi, y Apología de Sócrates, del griego Platón. No me cabe la menor duda de que la mentira, la verdad y el pensamiento en torno al significado de la vida formaban parte de la cotidiana realidad de quienes apacentaban ovejas.

Los magos de Oriente, tres libros de una misma colección: Primero, Adivinanzas. Preguntas de Ingenio…! Trabalenguas; segundo, Fábulas Ejemplares, y tercero, Refranes para niños.

Faltan dos obras…

El Cantar de los Cantares, del Antiguo Testamento, asume el papel de la mula del establo, en tanto que El libro de las preguntas, de Pablo Neruda, es el buey. La primera Nochebuena tuvo mucho de literatura.

11 libros, un pasito… el que adorna mi casa en este mes de diciembre. La Navidad cabe en los libros, como todas las grandes historias de la Humanidad, es inquilina de las bibliotecas.

José David Guevara Muñoz
Editor de Don Librote