Recuerdo el día en que compré este libro: Una vida de pueblo, de la poeta estadounidense Louise Glück (1943), premio Nobel de Literatura 2020.

Ocurrió un domingo.

Vi el ejemplar en la ventana de una librería y de inmediato me decidí a entrar al local y pedir que por favor lo sacaran del empaque plástico que lo cubría, pues quería ojearlo.

El vendedor que me atendió sacó el volumen de la vitrinia y antes de desempacarlo y entregármelo me dijo: “¡Es poesía!”

“¿Perdón?”, le pregunté.

“¡Es poesía!”, respondió.

“Sé que es poesía, pero quiero verlo”, le dije y se me quedó mirando como si yo fuera un bicho raro.

En serio que me sentí extraño. Me pregunté “¿qué de malo hay en querer revisar un libro de poesía?”

Fue como si hubiera entrado en una librería cristiana y pedido una caja de preservativos o cigarrillos de marihuana.

Sin embargo, esa sensación despareció en cuanto empecé a leer los poemas. Me engancharon. Uno de estos días compartiré con ustedes mis impresiones sobre los textos de esta escritora que ha ganado también el Pulitzer y el Premio Nacional del Libro en Estados Unidos.

Descubrí muy pronto que los poemas de Louise Glück hablan de la vida cotidiana en un pueblo (cosechas, luna, lluvia, soledad, cielo, mar, nubes, calles, gatos, bosque…) y no son para nada pornográficos.

Digo, es que en algún momento sospeché que quizá la sorpresiva reacción del vendedor se debía a que yo estaba interesado en un libro que hacía lucir al Kamasutra como una Biblia para niños.

Al cabo de unos minutos me dirigí a la caja, le entregué el libro al empleado y le dije que iba a comprarlo. Esta vez lo extraño fue la mirada.

Comparto esta anécdota con ustedes para que se preparen de antemano la próxima vez que quieran comprar un libro de poesía.

José David Guevara Muñoz
Editor de Don Librote