• YA TENEMOS GANADORA DEL CONCURSO DE UN BOLSO DE TELA

Sacos de manta que en la Costa Rica del ayer se convirtieron en sábanas, fundas, limpiones, delantales, mantillas, tapetes, mochilas y vestidos de indias costarricenses para celebrar lo que entonces se llamaba Día de la Raza (12 de octubre).

Madres esforzadas y cariñosas que cosían durante horas, a mano o con máquina de pedal, para que sus hijos lucieran lo mejor posible en escuelas y colegios.

Abuelas que se esmeraban lavando los sacos de manta de las panaderías para luego elaborar cortinas, manteles, blusas, enaguas y lencería casera en la que aparecía la marca Molinos de Costa Rica.

Padres que se sacrificaron por darle la mejor educación posible a sus hijos y que en los días de mercado se echaban al hombro un saco cargado de verduras.

Resumo así, grosso modo, las hermosas y significativas historias que 46 lector@s de esta página compartieron en aras de participar en la rifa de una bolsa de manta cuyos dos lados muestran estantes con libros pintados a colores.

Tal y como había anunciado, esta tarde realicé el sorteo y la persona favorecida se llama Virginia Guillén Espinoza, quien compartió el siguiente recuerdo:

“Mi mamá nos contaba que en los tiempos de guerra escaseaba todo, las telas también. Que las mujeres usaban los sacos de manta que traían la harina para hacer ropa y sábanas, bien blanquita quedaba la manta. Y que los hombres llevaban su saco de manta para jalar el diario los sábados. Dios guarde un saco de manta percudido o veraguado. Además de saquito para meter al bebé y llevarlo alzado, caliente y protegido. Cuando podían bordaban con aquellas manos bendecidas los limpiones, tapetes, sabanitas… todo hecho con manta. Bendito sea Dios por ella”.

Hermosa remembranza, ¿verdad? Así todas las que compartieron y que hablan de un país de gente luchadora, sacrificada, que aprovechaba al máximo los recursos y que no se rendía ante las adversidades.

Gracias a tod@s por sus relatos. Lo digo en serio: ¡Me conmovieron! El gran ganador fui yo.

JDGM