Si usted escribe, en los espacios de búsqueda de Google o Youtube, el título Trottoirs de Buenos Aires (Aceras de Buenos Aires), las autopistas digitales de Internet le conducirán hasta un disco de tangos producido en 1980 con letras de Julio Cortázar y Edgardo Cantón, y la interpretación del cantante Juan Cedrón.

Me enteré de la existencia de esa producción el fin de semana recién pasado, cuando leí la entrevista que Simon Weiss le hizo al autor de Rayuela, Historias de cronopios y de famas, 62 modelo para armar, Bestiario y Queremos tanto a Glenda, entre muchos otros libros (novelas, cuentos, poemas, ensayos, artículos políticos).

Ese intercambio de preguntas y respuestas forma parte del segundo tomo de la obra The Paris Review Entrevistas (1953-2012), publicada en diciembre pasado por la editorial Acantilado, de Barcelona, España.

The Paris Review es una famosa revista literaria trimestral publicada en inglés y con base en Nueva York, Estados Unidos, pero que fundada en París, Francia, en 1953 por Harold L. Humes, Peter Matthiessen, y George Plimpton.

“¿Qué le hizo ponerse a escribir tangos?”, le preguntó Weiss a Cortázar.

Esa interrogante dio pie para que el escritor que viviera entre 1914 y 1984 explicara que como buen argentino él creció en un ambiente amenizado por los tangos que transmitía la radio. Cuenta que su mamá y su tía tocaban canciones de esas en el piano y las cantaban.

Si bien aquel autor flaco que medía 1,93 se declaró atrapado por la música que inmortalizó Carlos Gardel, confesó ser muy crítico de ella. “No soy uno de esos argentinos que creen que el tango sea la octava maravilla”, dijo. De inmediato manifestó que comparado con el jazz, “el tango es una música muy pobre”, pero hermosa, afirmó.

Las declaraciones de Cortázar tuvieron lugar en Paris, Francia, en donde residía ese amante de los gatos y los cigarrillos. Allí tenía, según contó, una importante cantidad de amigos adictos al tango, por lo que mantenía vivo el vínculo con ese género.

En cuanto a las letras que aportó para Trottoirs de Buenos Aires, el escritor contó que algunas salieron de poemas que ya había redactado pero que hubo un caso en el que “Tata Cedrón” le dio un tema musical para que le pusiera letra.

Les dejo aquí la letra de uno de los tangos de Julio Cortázar, titulado Tu piel bajo la luna:

Desnuda ella se brindó
cuando mi voz
buscó su piel bajo la luna.

Dulce abandono,
dando, riendo, amando,
brindándose hacia el encuentro de la luz.

Ritmo delirante,
obscuridad,
los cuerpos buscan el más allá.

Oscura conjunción de sed y de soledad,
bocas que beben en un agua de paz.

Pero el amor es una lucha sin piedad,
una lucha febril, de fuego y de hiel.
Tus labios me buscan, me queman.

Desnuda te tuve
bajo esta luna
que nos dió su miel.

El fuego de un aliento nos quemó,
combate de flores, juego del amor.

Piel de mujer,
grito azul cuando un beso le da vida.

Y en mi pecho
florece un rosal para tu jardín.

Desnuda ella se brindó
cuando mi voz
buscó su piel bajo la luna.

Y si gustan escucharlo (¡y bailarlo!) aquí está el enlace: https://www.youtube.com/watch?v=WoQehrZria8

José David Guevara Muñoz
Editor de Don Librote