De esos personajes habla el escritor estadounidense Henry Miller (1891-1980) en su libro Nueva York. Ida y vuelta Vía Dieppe-Newhaven.

El propio autor era uno de ellos.

Lo sé porque he leído sus novelas Trópico de Cáncer, Trópico de Capricornio, Sexus (tengo en fila de espera las otras dos de la serie: Nexus y Plexus), Días tranquilos en Clichy y El coloso de Marusi, obras que solo podría escribir alguien que haya acumulado una buena cantidad de millas calle.

Miller sabía lo que era recorrer las ciudades, en especial Nueva York y París: bares, cafés, posadas, parques, burdeles, casas de amigos…

Leo esa frase que dice “Éramos veteranos de la calle” y extraño caminar cada día sobre el asfalto y el concreto de San José; uno de mis pasatiempos favoritos en la época previa a esta pandemia que ya me tiene hasta la coronilla (¡es como una de esas visitas que se resisten a marcharse a pesar de nuestros bostezos y la escoba detrás de la puerta).

Tiene razón Miller, ese autor siempre censurado por los moralistas del planeta Tierra (parafraseando a Marx y a Engels: ¡Mojigatos del mundo, uníos!), los veteranos de la calles están “familiarizados con todos los trucos que mantienen a un hombre a flote, cuando todos los recursos parecen agotados”.

Aclaro, yo no me considero un hombre de la calle, sino tan solo un peatón que observa, escucha y toma notas en su memoria, pero ello me ha permitido ver cómo se las ingenian los “veteranos de la calle” para sobrevivir.

El alero de un edificio es techo. Una caja de cartón se transforma en cama y cobija. Un zaguate al que muchos desprecian es amigo, compañero leal. Los pitos de los vehículos son relojes despertadores. Una limosna significa la cuarta parte del almuerzo. Un saludo se agradece y una sonrisa es la gloria.

Me gusta mirarlos a los ojos, hablarles, compartir algunas monedas, regalarles algunas revistas. En fin, ayudarles a sentir que aún son seres humanos que valen e importan.

No hay que invisibilizarlos. Tenemos que ser conscientes de su presencia. Hay un Henry Miller (un artista, un genio, un soñador, un inconforme) en cada uno de ellos.

JDGM