¿Ha escuchado o pronunciado usted esa oración?

O bien, alguna de estas:

“Hace años nadie robaba. Se podían dejar abiertas las puertas”.

“¿En qué momento nos llenamos de sinvergüenzas? Este país no era así”.

“¡Qué nivel de violencia! ¡Cómo se ha echado a perder el ser humano! Culpa de la televisión”.

“Cuando yo me criaba sí había valores y principios”.

“En tiempos de mi abuelo bastaba con arrancarse un pelo del bigote para cerrar un trato. ¡Nadie traicionaba la confianza!”

“Qué tirada. ¡Este país ya se nos salió de las manos! Tocamos fondo”.

¿Le resultan familiares este tipo de expresiones? A mí sí. Mucho.

Intenté recordar varias de esas afirmaciones y preguntas recurrentes luego de leer un poema egipcio escrito cerca del año 1.800 a. C. Es decir, de hace aproximadamente unos 3.820 años.

“¿A quién debo hablarle hoy?
Los parientes son malos, a los amigos de hoy no se los puede
querer.
¿A quién debo hablarle hoy?
La clemencia se ha destruido, la violencia toma posesión de
cualquiera.
¿A quién debo hablarle hoy?
El que le pide cuentas a un hombre por una mala acción
hace reír a todos los bribones.
¿A quién debo hablarle hoy?
Se saquea. Todos le roban al más próximo.
¿A quién debo hablarle hoy?
El ladrón es un hombre de confianza,
el hermano, junto al que se vivía, se ha vuelto un enemigo.
¿A quién debo hablarle hoy?
Nadie e acuerda del ayer
ni (tampoco) se le devuelve a aquel que hoy hace (algo bueno).
¿A quién debo hablarle hoy?
Los parientes son malos,
hay que dirigirse a extraños para encontrar honradez.
¿A quién debo hablarle hoy?
Los corazones se han destruido,
todos bajan la vista al suelo frente a sus parientes.
¿A quién debo hablarle hoy?
Los corazones son codiciosos
(ya) no se puede confiar en el corazón de ninguna persona.
¿A quién debo hablarle hoy?
No hay justos,
el mundo queda a merced de quienes cometen injusticias.
¿A quién debo hablarle hoy?
Falta confianza
se busca refugio con el desconocido, para con él lamentarse.
¿A quién debo hablarle hoy?
No hay personas felices, y aquel
con quien se iba (antaño), ya no está.
¿A quién debo hablarle hoy?
Estoy cargado de desgracia
porque me falta alguien de confianza.
¿A quién debo hablarle hoy?
El mal que golpea al mundo
¡no tiene fin!”

¿Entonces en qué quedamos? ¿Los de antes eran buenos y los de ahora somos malos? ¿Los de antes eran viejos de una sola palabra mientras que los de ahora nos echamos a perder?

¿Por qué ese afán de maquillar y disfrazar parte de la naturaleza humana de los antepasados? ¿Por qué nos empecinamos en darle unas tres manos de pintura al ayer como si todo hubieran sido rosas y nada de espinas?

¿Acaso no contamos con textos antiquísimos, entre ellos la Biblia, que muestran en carne viva nuestras pasiones, limitaciones y contradicciones de siempre, de toda la vida, de toda la Historia?

¿Por qué exagerar lo “bueno” y ocultar lo “malo” de la condición humana? ¿O es que verdaderamente es reciente la aparición de la mentira, el engaño, el fraude, la estafa, el robo, la corrupción, la injusticia, la violencia, el crimen…?

¿No será que antes se tapaban muchas cosas que ahora son más transparentes?

Cada quien tendrá sus propias respuestas, hipótesis o teorías…

JDGM